Labradorita: la piedra de la aurora boreal

¿Sabías que la labradorita fue descubierta en 1770 en la isla de Labrador, al este de Canadá? Pero los pueblos indígenas ya la veneraban mucho antes: creían que esta piedra contenía atrapadas luces del cielo, caídas a la Tierra desde una aurora boreal congelada. Según la leyenda inuit, un guerrero liberó parte de esa luz golpeándola con su lanza… ¡y por eso hoy brilla con destellos azules, verdes, dorados y violetas!

 

 La labradorita no solo es bella… es misteriosa, mágica y protectora.

Desde tiempos antiguos ha sido considerada una piedra de los chamanes, videntes y sanadores, usada para ampliar la conciencia, proteger el aura y despertar la intuición.

 

En el siglo XIX, se popularizó en joyería por su efecto óptico único, llamado labradorescencia: un brillo iridiscente que parece venir desde el interior de la piedra, como si tuviera luz propia. ¡Cada pieza es una obra de arte natural!

¿Por qué la amarás?

  • Porque te ayuda a conectar con tu intuición y tu sabiduría interior.
  • Porque actúa como escudo energético ante personas y ambientes cargados.
  • Porque es la piedra ideal para quienes transitan cambios, procesos creativos o espirituales.
  • Y porque su brillo cambiante te recuerda que tú también puedes transformarte y brillar desde dentro.

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