

¿Sabías que…
la CORNALINA es una de las piedras más sagradas del fuego, el sol y la transformación, perfecta para la noche de San Juan?
Desde tiempos antiguos, la cornalina ha sido considerada una piedra de vida, pasión y poder personal. En el Antiguo Egipto, era conocida como la “piedra del atardecer”, relacionada con el dios Ra, el sol, y el renacimiento diario. Se colocaba en las tumbas para proteger el alma en su viaje al más allá, y se llevaba en amuletos para atraer fuerza vital, fertilidad y éxito.
Su vibración cálida resuena con el Solsticio de Verano, el momento en que el sol alcanza su máxima fuerza y la luz triunfa sobre la oscuridad. Es una piedra de acción, empoderamiento y creatividad: enciende el fuego interior, despierta la pasión por la vida y ayuda a dejar atrás la timidez y el estancamiento.
En la noche mágica de San Juan, cuando el fuego purifica y los deseos se lanzan al universo, la cornalina se convierte en una poderosa aliada para:
- Activar el segundo chakra (creatividad, placer, energía femenina).
- Superar miedos y dar el paso hacia nuevos comienzos.
- Protegerte espiritualmente mientras te abres a la renovación.
Una curiosidad fascinante:
Durante la Edad Media, la cornalina era utilizada por alquimistas y sanadores como “piedra de sangre vital”. Se creía que colocándola sobre la piel podía detener hemorragias y aliviar enfermedades del cuerpo femenino. De hecho, Hildegarda de Bingen, la mística y herborista del siglo XII, recomendaba llevar cornalina sobre el corazón para calmar la melancolía y devolver la alegría al alma.
Puedes llevarla contigo esa noche, usarla en un ritual con fuego o agua, o colocarla bajo la almohada para soñar con tus verdaderos deseos. Es la piedra de quienes deciden brillar con luz propia.